Junio 2015

En la “oposición de izquierdas” han entrado 5 partidos y 13 organizaciones sociales.
La iniciativa partió del PCU y ha recabado el apoyo del Partido Socialista Progresista de Ucrania de Natalia Vitrenko, como fuerza más destacada.
Comentario de Borís Rozhin (Colonel Cassad)
Por fin la izquierda ucraniana ha podido unirse aunque sea parcialmente. Ha sido necesaria la presencia de los fascistas en el poder durante más de un año, para que surja la comprensión de que por separado los terminarán por asfixiar a todos. Por eso, por un lado se hace extraño ver a Vitrenko y Simonenko ahora en un mismo carro (Vitrenko siempre ha acusado a Simonenko de oportunismo), pero por otro lado objetivamente tiene su lógica: los dos principales partidos de izquierda de Ucrania han decidido unirse ante el rostro del enemigo común. De hecho, por muchas pretensiones que se puedan tener hacia el PCU y PSPU, han sido y de hecho siguen siendo los dos partidos políticos más consecuentemente antifascistas y antibanderistas en territorio ucraniano.
Lógicamente sus posibilidades ahora están muy limitadas, especialmente en condiciones de terror político, pero en el plano de la lucha por las mentes de los ciudadanos, este bloque será útil a pesar de todas las reclamaciones que le podamos hacer a Simonenko y el PCU; tienen muchas más oportunidades de llegar al ucraniano de a pie que los gatos lustrosos del “Bloque de oposición”, por mucho que muchos ciudadanos tengan no pocas preguntas que hacer al PCU por su postura pasiva tras el golpe de Estado. También podríamos lamentarnos de que la izquierda haya tardado tanto en unirse, ya que de haberse formado un potente bloque de izquierda en 2012-2013, durante el golpe de Estado, en torno a ese bloque se habría podido producir la cristalización de los ánimos antigolpistas, con el derrumbe del partido oligárquico gobernante como telón de fondo. Por desgracia eso no pasó y los comunistas ucranianos y la izquierda en general se arrastraron en la cola del proceso perdiendo un tiempo valioso, entregando el discurso social a los radicales nacionalistas y fascistas y a los demagogos de la oligarquía.
El que vayan a intentar hacer algo ahora, merece todos los respetos, ya que van a tener que trabajar en unas condiciones de persecución política por parte del Estado. Va a ser muy duro, pero yo tengo esperanzas de que en el transcurso de esa lucha la izquierda ucraniana y las organizaciones comunistas puedan renovarse y comenzar a cumplir el papel de vanguardia de los ánimos de protesta, gracias a que la situación social y económica en Ucrania crea determinadas premisas para ese tipo de agitación.
A nivel oficial todo esto transcurrirá bajo el letrero de la lucha por la “descentralización de Ucrania” y “el cumplimiento de los acuerdos de Minsk” en el marco de los intentos por permanecer dentro de la legalidad. Aunque pienso que tampoco faltarán las acusaciones hacia Putin o Rusia.
Fuente: Colonel Cassad